Los antropólogos físicos han encontrado su campo de trabajo tradicional en los centros de investigación especializada, tanto en el INAH, el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, así como en los que existen en algunas univresidades e instituciones de educación superior del interior de la república. Sin embargo, en épocas recientes, tanto el desarrollo interno de nuestra disciplina, como el replanteamiento de perspectivas en otras, ha extendido este campo a otras áreas tanto en la investigación pura como aplicada.
De esta manera, los antropólogos físicos han podido colocarse profesionalmente, por ejemplo, en los servicios médicos forenses (SEMEFO), donde su auxilio en el peritaje de restos humanos es de gran utilidad para la identificación de personas reportadas como desaparecidas; o en el área de diseño ergonómico de herramientas y artículos de consumo para diversas compañías donde el conocimiento del antropólogo de las variaciones anatómicas y fisiológicas de la población que utilizará estos objetos permite la producción de artículos más cómodos y seguros.
En algunos campos como el deporte puede recomendar estándares antropométricos para los deportistas de alto rendimiento y trabajar junto a los médicos del deporte.
Asimismo, el entrenamiento antropofísico proporciona una visión peculiar y muy valiosa en los estudios demográficos, de salud pública, deporte o de nutrición, por mencionar sólo algunos de los posibles campos de aplicación. En términos generales, si bien el actual campo de trabajo de nuestros egresados es limitado, también podemos afirmar que se encuentra en continua expansión.